Por alguna razón que aún no logramos entrever, desde hace unos años aumentó considerablemente la población de pájaros que habitan y obtienen su alimento del viñedo. Estando en una viña similar, en Entre Ríos, su productor me confesó que allí también eran socios de los pájaros al 10%. Al principio nosotros también compartíamos ese porcentaje. Pero año a año las acciones de las aves fueron subiendo hasta llegar a ocupar sitios privilegiados en el directorio. Así que, después de que hubieran cometido la osadía de devorarnos la hilera de carbernet, decidimos buscar una solución definitiva al problema. Surgieron varias propuestas, desde las más cruentas a la más humana. Pero fue nuestro amigo Julio Méndez quien dio en la tecla. Julio es un conocedor profundo del comportamiento de las aves y negocio, hasta el final, una salida pacífica. Como aporte a la negociación diseño y realizo los ingeniosos espantapájaros que se ven en las fotografías. El martes lo colocamos y hoy fuimos a cotejar su funcionamiento. Comprobamos que el aparato llenó de dudas a las aves y prefirieron ir a comer a otro lado. Ahora llenaremos el viñedo de esos artefactos, que, en el caso de que no hubieran funcionado, ya tenias asignado el destino de modestas obras de arte.
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| Walter Alvarez y Julio Méndez |
