Investigación periodística realizada por Walter Alvarez, acerca de los cien años en que San Nicolás de los Arroyos fue una ciudad vitivinícola (1886-1986) y las experiencias de cultivo de viñedos en climas húmedos.
29.6.17
Rescatan el pasado mirando al futuro
Alumnos y docentes de 4 año de la escuela primaria 29 de barrio Savio rescatan el pasado mirando al futuro. Hoy, en la Feria de ciencias, presentaron el resultado de su investigación sobre los inmigrantes y la industria vitivinícola de San Nicolás.
2.5.17
Adios, Orfilio
El domingo 30 de abril, a los 83 años, falleció Orfilio Cámpora. Era nieto de Francisco Pedro Cámpora, inmigrante genovés que llegó a la ciudad de San Nicolás de los Arroyos en el año 1885, a bordo del barco Perseo, proveniente de la localidad de Cheranesi, su pueblo natal. Desde chico Orfilio aprendió las tareas del campo, sobretodo el cultivo de la uva y la elaboración de vino. A través de la experiencia y la experimentación, logró elaborar un vino muy apreciado en la zona, producido con las uvas que su abuelo plantó a principios del siglo XX. Hasta el día de su muerte vivió en la casa de campo construida por su abuelo, en calle San José al 850, donde jamás dejó de cultivar una gran huerta con la que abastecía de verduras a los comercios de la ciudad. Además de sus tareas en el campo, Orfilio se destacó como músico y cocinero. Tocaba con maestría el acordeón, con un repertoio compuesto mayormente de música italiana. Como cocinero se especializaba en comida genovesa, sobre todo en sus aclamados "panzoti" con los que deleitaba a sus familiares y amigos. En todo lo que hacía estaba presente su ascendencia genovesa, por eso jamás dejó de hablar el dialecto xeneise, que aprendió de su abuelo. Con su primo, Duilio Cámpora, fueron amigos inseparables y compartieron juntos cientos de actividades. Fue un gran colaborador en el proyeto para rescatar la historia de la vitivinicultura de la ciudad de San Nicolás de los Arroyos aportando datos, fotografías, anécdotas e integrando la comisión de la Asociación amigos de la vitivinicultura nicoleña. Hoy lo recordamos con un gran cariño y sus enseñanzas nos guiarán por siempre. Sobre todo a quienes cultivamos uva nos legó una variedad todavía no catalogada, que en su honor bautizamos Orfilio, y que él cultivaba como parral en el jardín de su casa, para sombra y sosiego de los pájaros. Con esa uva elaboramos un vino tinto, de color profundo y aroma penetrante, raro de lograr en estos climas húmedos; vino con el que logrará perpetuar su presencia en cada asado con amigos.
12.2.17
La ciudad recuerda a cuatro pioneros de la vitivinicultura nicoleña: asignan nombres de bodegueros a calles de barrio Ponce de León
Autor: Leandro Madeo, para diario El Norte
Las
calles peatonales 1, 2, 3 y 4 del barrio Ponce de León, en la zona sur
de la ciudad, ahora serán designadas con los nombres de cuatro pioneros
de la vitivinicultura nicoleña: Carlos Cámpora, José Ponte, José
Lagostena y Miguel Nozzi. El proyecto fue aprobado por unanimidad en el
Concejo Deliberante.
A instancias de un proyecto de ordenanza elevado por el Departamento
Ejecutivo Municipal y con la colaboración de la Asociación Amigos de la
Historia del Vino Nicoleño, el Concejo Deliberante aprobó por unanimidad
el cambio de nombres para calles del barrio Ponte de León. Cuatro
calles que hasta ahora se venían denominado Peatonal Uno, Dos, Tres y
Cuatro, ahora llevan el nombre de inmigrantes italianos (tres de ellos
genoveses, el restante napolitano) que fueron pioneros en la elaboración
de vinos y el cultivo de viñedos en nuestra ciudad.
Ellos son los genoveses Carlos Cámpora, José Ponte y José Lagostena, y
el napolitano Miguel Nozzi. Siguiendo los datos apuntados por el
periodista Walter Alvarez en su libro «El vino nicoleño: cien años de
vitivinicultura en San Nicolás», los cuatro llegaron a la ciudad de San
Nicolás de los Arroyos a mediados del siglo XIX. Colonizaron la zona
rural, que hasta ese momento permanecía inhóspita y, junto a otros
inmigrantes, generaron una industria vitivinícola que perduró 100 años y
que llegó a extenderse en 1200 hectáreas y producir más de once
millones de litros de vino al año.
El cambio de nomenclatura sancionado por los concejales se dio tras un
proceso que había iniciado cuando la comisión vecinal de Ponce de León
solicitó al municipio la instauración de nombres a sus cuatro calles
peatonales de ese barrio. Después apareció la iniciativa de homenajear a
los bodegueros y llegó la colaboración de la Asociación Amigos de la
Historia del Vino Nicoleño. Así se daba forma definitiva a un proyecto
que buscaba sostener en la memoria colectiva los nombres de los
patriarcas y pioneros de la vitivinicultura nicoleña.
Los pioneros
Carlos Cámpora nació el 23 de agosto de 1846 en Santo Stefano di
Lárvego, pueblo perteneciente a la comuna de Campomorone, en Génova.
Emigró a San Nicolás de los Arroyos en 1868. En 1886 fue enviado a
Uruguay por sus colegas bodegueros para investigar el desarrollo de los
viñedos. Trajo pies de injertos y variedades a partir de los cuales
luego se desarrollaron los viñedos nicoleños. Su quinta se llamaba «San
José» y estaba ubicada en avenida Savio al 800.
José Ponte nació en Campo Lígure y emigró en 1859. Tuvo la bodega más
grande de la ciudad, en la que sus descendientes llegaron a producir más
de dos millones y medio de litros por año. Su nieto, Héctor, introdujo
desde Mendoza la variedad Refosco, que le agregaba graduación alcohólica
y color a los vinos de quinta, elaborados en su mayoría con la variedad
Pinot Gris.
José Lagostena nació en Galanetto. Llegó en 1865 y se afincó en la zona
oeste de la ciudad, aproximadamente en Cavalli al 1100. Construyó una
bodega de setecientos mil litros de capacidad.
Miguel Nozzi nació en la región de Nápoles y llegó alrededor de 1890. Su
bodega estaba ubicada en avenida Savio al 1000. Su nieto, Osvaldo,
elaboró vino hasta la década de 1970.
La historia de los inmigrantes italianos que se dedicaron a la
elaboración de vino permaneció olvidada desde finales de la década de
1980, cuando cerró la última bodega, hasta el año 2005 cuando se creó la
Asociación del Vino Nicoleño y se editó el libro «Cien años de
vitivinicultura en San Nicolás», que relata la vida de los inmigrantes
comenzando por sus padres, en Italia, hasta el destino de sus hijos y
nietos ya afincados en San Nicolás.
La Asociación del Vino Nicoleño se creó con el fin de mantener viva esa
memoria y para ello editó folletos y videos, brindó charlas,
especialmente en escuelas, realizó visitas guiadas a viejas bodegas,
creó un Museo del Vino e intervino en la declaración de Bien Patrimonial
de la vieja Bodega Cooperativa. Sin embargo la propuesta de nombrar con
los apellidos de los bodegueros a las calles de un barrio es
superadora, ya que no proviene de la Asociación, sino de la Comisión
Vecinal del barrio Ponce de León, lo cual indica que la historia de la
vitivinicultura local comienza a ser parte de la memoria cotidiana de
los nicoleños.
(Fuente de datos históricos
«Cien años de vitivinicultura en
San Nicolás», de Walter Alvarez)
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