16.7.04

Plantación del viñedo

En el año 2005 publiqué el libro "El vino nicoleño. Cien años de vitivinicultura en San Nicolás". Se trata de una investigación periodistica que incié en el año 1999. Durante todo ese tiempo muchas personas me ayudaron, entre ellos mi amigo Fernando Demarco. A medida que avanzaba la pesquisa de historias olvidadas aumentaba nuestro interés por el mundo del vino. A tal punto que Fernando soñaba con tener su propio viñedo en Mendoza. Sin embargo, como él vive en Buenos Aires, le resultaría muy engorroso trasladarse para cultivarlo. Una de las personas que entrevisté para la realización del libro fue Hugo Lagostena, quien me aportó datos muy valiosos de su familia genovesa y me invitó a visitar la vieja bodega de su abuelo y su padre, donde él y sus hermanos trabajaron hasta el año 1975. La bodega, una enorme construcción con capacidad para vinificar setecientos mil litros de vino, se mantenía tal cual él la había dejado hacía casi treinta años. Está ubicada en la continuación de calle Cavalli, aproximadamente a dos mil metros de la autopista. Hugo me habló con mucha nostalgía de aquellos tiempos, me mostró las piletas subterráneas y me dijo que conservaba hasta los postes de ñandubay con los que su abuelo había construido las espalderas de sus viejas viñas de pinot gris. Para él fue un "volver a vivir" esos momentos de felicidad. Pensé (y le propuse) por qué no volver a revivirlos. Podríamos plantar nuevamente unas hileras de viña y elaborar vino. De esa forma, los que no tuvimos oportunidad de probarlo, podríamos reconstruir el sabor de un vino elaborado con unas de este suelo. Hugo y Fernando se entusiasmaron. Hicimos una pesquisa en lugares donde se cultiva uva en climas y suelos parecidos al de San Nicolás. Hablamos con productores e ingenieros agrónomos de Uruguay y Colonia Caroya y nos decidimos por estos últimos. Fuimos a visitar los viñedos de Miguel Patat y la familia Silvestri. Conocimos sus experiencias actuales e históricas (similares a las de San Nicolás) y les compramos unas cuantas plantas de las variedades Merlot, Cabernet Sauvignon y Sauvignon Blanc. Fue un gran acontecimiento para nosotros, nuestras familias y los viejos bodegueros de aquellos tiempos, volver a plantar uvas para vinificar en nuestra ciudad. Tuvimos dos grandes maestros bodegueros. Osvaldo Nozzi, nieto de inmigrantes napolitanos y Carlos Ponte, nieto de inmigrantes ligures, nos enseñaron a plantar, podar y cuidar las viñas. Luego de tres años elaboramos el primer vino. Estabamos reviviendo momentos claves de nuestra identidad como nicoleños.

De izquierda a derecha: Yo, Osvaldo Nozzi y Hugo Lasotena. Abajo: Martín Alvarez. Plantando las primeras vides. 

Primer brote

Mi hijo Martín. Hizo pozos para plantar y regó la viña. 


Tirando el primer alambre de la espaldera, con los ñandubay centenarios.

Mi esposa Maricel carpiendo las viña. 

Fernando Demarco y Osvaldo Nozzi

Hugo curando la viña

Sauvignon blanc

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Primer racimo de merlot